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Para jóvenes

A salvo de cualquier daño

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 1º de agosto de 2017

Publicado originalmente en teenconnect.com, el 25 de mayo de 2017.


Tener miedo a las arañas es algo bastante común, pero para mí fue más aterrador despertarme con la picadura de una de ellas. Esto sucedió una mañana cuando desperté en mi dormitorio estudiantil como cualquier otro día. Sin embargo, esta vez desperté con una picadura sospechosa, aunque al principio no lo sabía.

Era bastante temprano en la mañana, y me estaba preparando para hacer ejercicio. Pero, cuando salí de la cama, sentí un dolor que no pude identificar. Puesto que no parecía venir de ningún lado, fui al gimnasio de todos modos y realicé mi entrenamiento. Sin embargo, cuando regresé del gimnasio, ya había más luz y pude ver la picadura por primera vez.

Estaba asustado, al punto de que en lo único que podía pensar era en la picadura. Pasé el día como normalmente hago, pero el dolor era cada vez peor. En cierto momento, algunos de mis amigos notaron que mi pierna estaba hinchada y roja. Empezaron a hablar sobre ello. Estaban convencidos de que necesitaba sacar el veneno.

Al principio estuve de acuerdo, pero pronto me harté y me di cuenta de que estaba haciendo todo mal. Aunque parecía que había algo malo en mi pierna que tenía que salir, comprendí que esa era una percepción errónea. Lo que había que eliminar era la creencia errónea de que había algo en la creación de Dios que pudiera dañarme.

Al término del día, me excusaron de mi práctica deportiva y acudí al responsable de mi residencia para preguntarle si podíamos orar juntos. Leímos la Lección Bíblica de la Ciencia Cristiana de esa semana, y fue muy útil para mi situación uno de los pasajes de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras. Decía: “Todas las criaturas de Dios, moviéndose en la armonía de la Ciencia, son inofensivas, útiles, indestructibles” (Mary Baker Eddy, pág. 514). Lo que entendí de esto fue que en realidad, todas las criaturas de Dios fueron creadas para expresar bondad, porque Dios, el creador de todo, es bueno. Sabía que incluso la araña, a la que tantas personas parecen temer, no fue creada para ser venenosa o mala; la creencia de que una araña es algo para temer es una visión equivocada de las ideas de Dios. Pensé más en esto y me di cuenta de que, puesto que Dios es bueno, Él nunca podría hacer algo que pudiera afligirnos. Nuestro Padre-Madre del todo amoroso no podía crear una idea amenazadora. Durante el resto del día me aferré a la verdad de que Dios no aflige, y tampoco puede hacerlo nada en Su creación.

Esa noche me fui a la cama sintiéndome completamente tranquilo, y por la mañana me desperté sin rastro de la picadura. Por medio de la oración, me di cuenta de lo seguro y a salvo que estoy en el reino de Dios.

Esta curación me ha sido útil porque ahora puedo ver más claramente cómo orar con eficacia. Al principio, con la picadura de la araña, estaba demasiado concentrado en tratar de deshacerme del veneno y sus efectos. Pero pronto me di cuenta de que prestarle tanta atención sólo reforzaba la percepción errónea de que podía hacerme daño. Aprendí que es mucho mejor empezar por conocer la bondad de Dios y entender que el bien es el único poder. Eso es lo que me sanó.

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