Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Para jóvenes

El verdadero tú: infinitamente “genial”

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 5 de marzo de 2018


P: Realmente quiero ser parte del grupo de los populares en la escuela. ¿Cómo puedo llegar a ser “genial”?

R: En la secundaria había un chico que se sentaba a mi lado durante los períodos de espera en los días de examen. Yo sabía que no le iba muy bien en la escuela, y que tenía un impedimento en el habla. Pero durante esos largos períodos de espera entre pruebas, comenzamos a hablar y a jugar ajedrez. Descubrí que era amable y divertido, y en verdad nos divertíamos muchísimo. Pronto él me invitó a salir.

¿Salir con él? Francamente, hubiera preferido salir con uno de los chicos populares. Pero terminé diciendo que “sí”, porque como dije, era amable y divertido. Fuimos a partidos de fútbol, bailes de la escuela y, en general, nos divertimos. Pero todo el tiempo, me sentía incómoda con lo que otros pudieran pensar de mí, al salir con una persona tan “rara”.

Dejamos de salir unos meses después, cuando quiso tener un mayor compromiso. Yo no quería una relación seria, pero lo más importante es que no había resuelto los sentimientos conflictivos que tenía. Honestamente, estaba avergonzada del dilema en mi pensamiento. Sabía que él tenía buenas cualidades, así que ¿por qué no pude pasar por alto su falta de popularidad?

Todos queremos ser incluidos, y el ser considerados “geniales” puede parecer una garantía de aceptación. Sin duda, ese es un mensaje que podemos captar con frecuencia en las redes sociales y en muchos programas de televisión y películas. Es comprensible. En la situación con mi novio de la escuela secundaria, yo no podía superar el temor de que estar con él, de alguna manera significaba que no encajaba en ese medio. Sin embargo, cuando más adelante en la vida conocí las ideas de la Ciencia Cristiana por un amigo, comencé a ver las cosas de manera diferente.

Por medio de la Ciencia Cristiana, aprendí que en lugar de una personalidad con cualidades y defectos, cada uno tiene una naturaleza verdadera, que es espiritual y completamente buena, puesto que Dios, que es Espíritu y completamente bueno, nos hizo a cada uno a Su imagen. Y esta naturaleza se compone de cualidades espirituales.

Una forma de comenzar a reconocer esas cualidades es mirar más allá de la apariencia superficial de las cosas. Por ejemplo, en relación a mi novio de la escuela secundaria, pude ver que su amabilidad y rápido ingenio eran vislumbres del hombre real, que Dios creó. Y, al comenzar con lo que sabemos acerca de Dios, podemos encontrar cualidades como esas en cualquier persona, incluso en nosotros mismos. Las cualidades de Dios son amor ilimitado, alegría y valentía, entre un número infinito de otras. ¿Qué significa esto para nosotros? Significa que en este momento, por ser las creaciones de Dios, nosotros también podemos expresar amor ilimitado, alegría y valentía, junto con todos los otros hermosos atributos de Dios. ¡Qué infinito y asombrosamente genial es eso! Y Dios nos dará la oportunidad de poner en acción esas cualidades de una manera que engrandezca nuestra individualidad espiritual y haga sacar a luz esas cualidades en los demás.

En cuanto a las cosas acerca de nosotros que podríamos considerar “impopulares”, en algunos casos, esos defectos y deficiencias son percepciones incorrectas sobre nosotros, una visión basada en un sentido equivocado de nosotros mismos y de los demás, como mortales en lugar de como reflejos de Dios. Cuanto más nos aferremos a la verdadera percepción y nos identifiquemos con ella, más desaparecerán esas deficiencias a la luz de nuestra verdadera identidad e individualidad.

En otros casos, podríamos ver que expresar honestidad mientras otros hacen trampa, o tratar a alguien con amabilidad, aunque otros se estén burlando, quizás no sea considerado popular por quienes nos rodean. Pero a medida que reconozcamos, expresemos y defendamos estas cualidades espirituales en nosotros mismos y en los demás, estaremos menos centrados en volvernos más populares y más centrados en ver y sentirnos satisfechos con lo que somos: alguien que es amoroso y amado ahora mismo.

El impulso por ser “genial” proviene de los mensajes que nos rodean que dicen que ser genial significa que le gustaremos a la gente, tendremos amigos y éxito en la vida. Pero he visto por mi propia experiencia que la aceptación verdadera proviene de ver más allá de las apariencias superficiales en nosotros mismos y en nuestros compañeros de clase. La Biblia nos anima, “Considera al íntegro, y mira al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz” (Salmos 37:37). Este hombre “íntegro” no es un ideal humano de genialidad, sino el reflejo radiante de Dios. Cuando nos comprometemos a ver a este hombre justo donde la personalidad humana de alguien quiere captar nuestra atención, encontraremos la paz y la satisfacción de estar en paz con nosotros mismos, exactamente como Dios nos hizo.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.