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Mary Baker Eddy se apartó de la visión tradicional del estado estacionario del universo físico al definir la materia como fugaz, finita, incluso ilusoria, y basada en la incertidumbre.

Las enseñanzas de la Ciencia Cristiana muestran que no estamos sujetos a la burocracia ni a la complejidad excesiva.

Somos la manifestación de Dios, las ideas espirituales de la Mente divina, no estamos sujetos al sufrimiento ni a la tristeza. Somos expresiones del Alma, que es la fuente de la alegría interminable.

Mi éxito no dependía de la fuerza personal, sino de Dios, a quien la Biblia llama “la fortaleza de mi vida”.

No solo necesitamos estar en comunión unos con otros como miembros de la iglesia, sino que también debemos estar en comunión con los artículos de fe.

También sé que estoy rodeada por el amor de Dios y que Él me creó perfecta. No hay lugar para la enfermedad, puesto que yo soy perfecta y me aman perfectamente.

El gozo de origen divino suele ir acompañado de mensajes angelicales que reparan los corazones rotos y sanan mentes y cuerpos.

Recurrí a la oración y dejé de lado cómo quería que resultaran las cosas, confiando, en cambio, a Dios cada aspecto de mi vida.

El reino del Cristo se establece en la tierra a medida que aumentan las características propias del Cristo en cada uno de nosotros.

Este gentil pensamiento fue una respuesta a mi deseo de centrarme más en Dios, de centrarme más en el Amor, al orar por la paz mundial.